Retribución flexible.
Seguro que más de una vez has visto como un/a amigo/a pagaba una comida con un cheque restaurante. No se trata de una gratificación que le da la empresa ni de un descuento que haya conseguido, sino de una parte del salario que percibe por su trabajo. Es un ejemplo de retribución flexible.
La retribución flexible consiste en la posibilidad que ofrecen algunas empresas para que el/la empleado/a pueda distribuir el cobro de su sueldo en dos partes, una en efectivo y la otra a través de productos o servicios que contrata mediante la empresa.
Estos servicios pueden alcanzar hasta el 30% de su salario bruto anual; entre los mismos se encuentran habitualmente:
·Cheques de restaurantes.
·Cheques de guarderías o escuelas infantiles.
·Cuotas de gimnasio.
·Tarjetas de transporte.
·Seguros de salud.
La principal ventaja para el/la trabajador/a es que dichos servicios se hallan exentos de IRPF (impuestos sobre la renta de las personas físicas) lo que permite aumentar la retribución sin incrementar el coste salarial. En la práctica, la retribución flexible incrementa el salario neto disponible.
Al ser de elección voluntaria por parte del/a empleado/a, las empresas permiten que éste lo adapte a sus propias necesidades y favorecer así la conciliación familiar.
Es importante destacar que el/la trabajador/a, por el hecho de acogerse a este sistema de retribución no ve reducidos sus derechos laborales ni su cotización a la Seguridad Social.
La retribución flexible es una de las mejores herramientas que poseen las empresas para atraer, mantener e incentivar al talento dentro de las organizaciones, por ello, cada vez más, las empresas ofrecen planes de retribución más elaborados.